ENTRENAMIENTO DIARIO

Preparándome para entrenar la mente mediante la práctica meditativa en Atención Plena, Mindfulness. Porque sí, la mente, igual que el cuerpo, se ejercita y se entrena.

Como dice Pablo D’Ors: Me siento a meditar para volver a tener ganas de sentarme a meditar.

Y es que es un camino práctico y experiencial que hay que investir de constancia y perseverancia, pero no para cumplir ningún objetivo ni ninguna meta, ni siquiera para cumplir con un propósito, no, simplemente es un gesto diario de entrega sin la pretensión de obtener algo, de ser recompensados.

Realmente es un camino valiente para generar un espacio propicio donde emerjas tú, aquello a lo que estamos llamados a ser, una conexión con tu subjetividad máxima, más allá de la mente discursiva, analítica y conceptual. Un viaje sin retorno donde quemas las naves de la certeza, del espacio de confort e inicias el viaje de la incertidumbre hacia el único destino, el más esencial, ese camino hacia ti mismo/a.

Una aventura de cada día, con el mismo ritual y distinta vivencia, un ejercicio de libertad al encuentro con ese espacio íntimo, a veces molesto y otras amable, personal e intransferible de tu mismidad.

Y, todo eso por qué y para qué? Pues no sabría contestarte con seguridad, pero ni siquiera me lo pregunto ya, me siento y ya está.

Prueba a sentarte en quietud y en silencio cada día durante unos meses y luego me cuentas. Es transformador, te lo aseguro?

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