Construir salud

Ayer leía un post que hablaba de la infantilización de la sociedad con respecto a la capacidad de solidarizarse con el otro por el bien común. Y no paro de escuchar y de leer lo que debemos o no debemos hacer respecto a la situación que vivimos, o cómo papá Estado o mamá Ciencia se van a ocupar de nosotros, de una u otra manera, siempre y cuando hagamos lo que nos digan.

DespertemosNosotros tenemos la responsabilidad sobre nuestra propia persona, sobre nuestra propia vida, es nuestra y de nadie más.

Somos un organismo vivo, algunos más vivos que otros, y pensar que cuerpo, psique, vida y espíritu son responsabilidad de otros me parece un acto pueril y un desprecio por lo más sagrado que se nos ha dado: La Vida.

Curiosamente, los “consejos” que recibo a través de los medios y de las redes vienen de gente, incluso médicos, que deberían ser referentes de salud y no lo son. Que deberían predicar con el ejemplo y fuman como cosacos, no son cuidadosos con la comida que eligen, la comen compulsivamente, se intoxican con la tele y con la basura que les vomitan, no hacen ningún tipo de ejercicio o actividad física, no entrenan su mente, no cultivan su espíritu ni están en contacto con la naturaleza. “Mentores” que trabajan adictivamente, que no tienen tiempo para ellos ni para los suyos, que no soportan a sus parejas pero mucho menos su soledad, que ahogan su insatisfacción en el alcohol, en algunos casos en las drogas legales o no legales y en el centro comercial.

Me tengo me fiar de ellos o de ellas?

De verdad creemos que todo esto no influye en como uno convive o se enfrenta a esta situación?

Como padre siempre he intentado transmitir y aconsejar, con mayor o menor éxito, no desde la instrucción y la imposición, sino desde el ejemplo. Que “copiara” unos valores, que los mirara y los hiciera suyos desde su perspectiva, que descartara el pensamiento único y que no se dejase gobernar por el miedo. Que la vida entraña riesgo, dolor e incertidumbre pero que hay que vivirla con libertad y que la verdadera libertad se consigue desde el trabajo interior. Que sin conocimiento no hay libertad y que sin libertad no hay salud. Que la vida duele pero no hay que anestesiarla, mucho menos amputarle una parte. Que el amor transforma el dolor y que es importante cuidarse para poder cuidar a los demás.

Vivimos una plaga emocional que nos está deteriorando y, por tanto, es un momento de trabajar en nuestro entorno medioambiental y en nosotros mismos de una manera profunda, estructural, completa y equilibrada.

Según Karmelo Bizcarra, saber es sentir la propia convicción y la propia duda y la ciencia, por desgracia se ha vuelto dogmática. Es de un infantilismo absoluto pensar que en la enfermedad sólo existe un factor, que no es multicausal y multiorgánica.

Pero nos ocupamos de combatir la enfermedad, no de construir salud.

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