El fracaso, ese amigo inseparable de la vida

Si quieres que te cuente una historia de unos cuantos fracasos, te podría contar la mía.

Si alguien te dice que ha acertado a la primera, desconfía.

Si alguien te cuenta que no ha necesitado a nadie para superar sus momentos de debilidad, no le creas.

Si escuchas a alguien decir que nadie le ha levantado de sus caídas, o al menos se ha apoyado para levantarse, duda de ello.

Si alguien sólo te cuenta sus fracasos, está alimentando su ego y su personaje con ellos.

Si te dicen que nunca ha venido algo mejor tras cada fracaso o, por lo menos algo bueno, es que no te has abierto de nuevo a la vida.

Si dentro del ojo del huracán del fracaso no te has encontrado un poco a ti mismo, o del todo, no has sabido leer lo que el fracaso te cuenta.

Si no has tocado fondo y te has impulsado hacia arriba, tranquilo no ha sido del todo profundo.

Si no has tenido fracasos es que no has vivido la vida.

Y así te podría contar muchas cosas sobre el fracaso: Me han despedido, me han dejado colaboradores, he cerrado empresas, he perdido clientes, he fallado a colegas, no he sido competente, la he cagado, no he acertado con el proyecto presentado, me han desestimado ideas, despreciado conceptos, me han abandonado en los momentos más difíciles…

PERO TE PUEDO DECIR, SIN DUDA, QUE EL FRACASO HA SIDO MI MAESTRO.

Como decía Alberto Giacometti: Cuanto más se fracasa más se triunfa, porque es solo cuando todo está perdido, y en lugar de rendirte sigues, que experimentas la perspectiva momentánea de algún leve progreso. De repente tienes la sensación, sea una ilusión o no, que algo nuevo se ha abierto.

Cuando una puerta se cierra otra se abre: Y entra aire fresco, conoces a alguién, descubres un espacio distinto, nace una nueva idea, vislumbras un nuevo proyecto, germina una colaboración, surge un nuevo cliente…

Pasan cosas nuevas, la vida se renueva y tú estás ahí.

En parte, me dedico a lo que me dedico porque he pasado por ahí, porque lo he vivido, igual que un escritor o un poeta no puede escribir sobre la vida si no la ha vivido, salvo contadas excepciones.

En realidad, mi trabajo se trata de acompañar, es verdad que me dedico a la estrategia de marca personal, a la consultoría, a la gestión, al diseño, pero realmente de lo que va la cosa es de acompañar en el camino a las personas con sus proyectos y sus empresas.

Mi verdadera vocación es acompañar a las personas, y mi trabajo es la excusa para hacerlo.

CUÁL ES LA TUYA?

 

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