Sé árbol, my friend. Deja caer tus hojas.
Va muy bien observar a la naturaleza y cómo gestiona sus ciclos. Ahora estamos en pleno otoño y podemos disfrutar del cambio en el follaje y cómo la caída de las hojas tiñe de colores la tierra.
Una hoja cae en el momento justo, ni antes ni después, no hace planes, ni marca objetivos ni se plantea metas. Tan solo espera el momento adecuado, cuando su naturaleza esta preparada.
Cuando cae y se posa en el suelo, a partir de ese momento va a servir para nutrir de nuevo al árbol.
Igual que hacen los árboles, nosotros podemos soltar el control, la autoexigencia, el perfeccionismo, el desapego al resultado y al qué dirán,
Vaciar y limpiar tu mente, desaprender y dejar espacio para lo nuevo, lo que tiene que llegar. Diferenciar lo importante de lo que no lo es, qué agrega realmente valor a tu vida, y lo que no, fuera, suéltalo! Decrece, aligera tu mochila.
Estar atento y tener máxima conciencia de la acción requiere menos actividad. Como en la postura de yoga o de meditación, solo activa los músculos necesarios, economizando energía. Lo demás, relájalo.
Desacelera…, slow, despacio, no hay prisa, el sitio donde tienes que llegar eres tú. Ni más, ni menos.
Foto: Víctor Martí